Termina la noche y cambia de canal. El noticiero le muestra la temperatura, las probabilidades de lluvia, el estado del tránsito y el transporte público. Se viste con el programa de moda, el gris es el color que combina perfecto con el resto de la ciudad. Desayuna con el chef grumet que muestra un exquisito revuelto de huevos con tosino a la americana. Sale y cambia de canal. Un campo plagado de flores con mariposas y pájaros de distintos colores, música clásica suena en el cielo que brilla con un sol espectacular. Camina entre las margaritas silvestres en busca de un taxi. Se para en la esquina y cambia de canal. Un auto de policía pasa a toda velocidad, una invasión alienígena ataca la escuela. Allí viene Superman al rescate. Cotidiano. Aplaude y cambia de canal. Suena jazz entre los autos y allí para un taxi pero deja que se lo tome una mujer muy alta con pechos firmes y escote enorme, revolea su pelo rubio y entra al auto sonriendo al tiempo que le agradece la amabilidad en una lengua extraña. Good bye baby. Cambia de canal, vuelve el noticiero, ya son las 8 en punto, mejor que se apure, pero el taxi no llega. Decide tomarse el colectivo. Camina a la parada y cambia de canal. Vuelve el campo de flores y las margaritas. Llega, cambia de canal. Dos vaqueros se enfrentan a duelo en medio de la calle. Billie toma el arma y va a disparar. Es tu última oportunidad Charly, ¿Dónde dejaste las joyas?. Se sabe los diálogos a la perfección de tanto pasarla. Cambia de canal. Partido de tennis. Cambia de canal. El relator se ríe y bebé café, en pantalla dividida muestran los goles del último partido del torneo. Lo deja ahí y espera. El colectivo no llega. 8:12. El relator bebé café. Espera. 8:13. Gol de River. 8:14. Se pone nervioso. Cambia de canal. El noticiero. El campo. El chef. Billie. Una mujer se viste frente al espejo, le habla a alguien del otro lado de la puerta que está a la izquierda. Un arma se asoma en el marco y una sombra que ríe. La mujer grita. Cambia de canal. 8:15. Se le hace tarde. El noticiero. Demoras en el tránsito. El campo. Lo deja ahí. La música le hace bajar las pulsaciones y tranquilizarse. Todo está bien. Nada pasa. No hay de que preocuparse. Las mariposas vuelan a su al rededor. Sin señal. Sin señal. Sin señal. ¿Y la música?. Sin señal. ¿El campo?. Sin señal. Solo negrura. Busca cambiar de canal y no puede. Algo le pasa en el cuerpo y no es eléctrico. Oscuridad. Recuerda National Geographic y el documental de anatomía. Siente algo en el brazo. Tacto. Eso era! Un sentido!. Intenta sintonizar. El tacto sigue allí interfiriendo la señal. Busca en su base de datos. Eran cinco. Tacto. Gusto. Algo amargo y horrible colma su aliento, recuerda el desayuno a la americana pero no tiene gusto a huevos revueltos en absoluto, más bien como a pan duro y café aguado sin azúcar. Intenta sintonizar. Tacto, gusto, olfato. Las margaritas no se huelen, deben haber quedado en otro canal, un olor ahumado, como podrido se le mete dentro. Desespera. Sin señal. Tacto, gusto, olfato, oído. -Hola- un ruido lejano se le va haciendo familiar- Disculpe. -no suena como Billie ni Charly o Superman. - Hola?. - el sonido es cercano, pero hay más. Motores. Bocina. ¿Y las lindas aves de colores?. Intenta sintonizar. Sin señal. El tacto sigue allí, el gusto horrible, el olor a humo y esa... Voz?. Eran cinco. Vista. Negrura. Sin señal. Recuerda el programa de anatomia. Abre los ojos. Una chica lo agarra del brazo y lo mira mientras le habla. La calle es un asco, como si una horda de zombies hubiese pasado por allí, pero no hay muertos vivos, más que esos que lo rodean, no la chica, todo el resto. Con las miradas perdidas, quizá en un campo de flores soleado y con musica. Allí llueve. Se está mojando. Tiene frío. Un camión frena junto al cordón, el humo lo hace toser. Un niño limpia los vidrios de un auto lujoso con dificultad, no llega ni a la mitad de la ventana, es demasiado chico. Está mal vestido y sucio. Demasiado flaco, casi como las modelos del canal de moda, pero sin glamour. Un hombre desagradable le tira unas monedas a través del vidrio polarizado y arranca a toda velocidad. El niño cruza corriendo la calle y abraza a una vieja arrugadisima que poco sabe de las nuevas cremas anti-age y vende flores, mucho más mustias que las de su canal con música clásica. Pero el tacto sigue allí y también la chica. -Disculpa, me quedé sin trabajo y no puedo cargar la sube, no me prestarias para el boleto?.- La mira. No es tan alta como la rubia del taxi. Habla y puede comprenderla, es su lengua. Está vestida muy diferente al canal de moda. Busca su brazo y ve que lo está tocando. Es cálido, raro. Nunca antes le había sucedido. Ni siquiera en 3D. Lo asusta un poco y siente que debe volver a sintonizar y buscar el canal del noticiero, ya debe ser tarde; pero le gusta. Pone su mano en la de la chica, con la tarjeta. Un sonido intenta salir de su boca. -Si. El colectivo está allí y suben. Tiene un olor horrible y está atestado de gente. La mayoría tiene la mirada perdida. La chica y el chófer se saludan. Ella sonríe y le devuelve la tarjeta. -Gracias. Paga y se acomodan juntos en el pasillo. Afuera llueve y el niño sigue lavando vidrios y la vieja vendiendo flores, pero no hay rastros de Superman, quizá allá vuelto a su planeta. Siente algo muy extraño que según una serie documental al que luego le cortaron la temporada, se denomina, "curiosidad". -¿Que canal es este? -Pregunta a la chica. Ella le sonríe y le toma la mano como si se tratase de un enfermo en su lecho de muerte o alguien a quien se ha engañado y todos los personajes lo saben menos el protagonista. Al fin, contesta -La Realidad. "
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LA CORTADA
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